A veces el amor no puede subsistir entre dos mundos: no es fèrtil el campo en que se siembra, entonces este jamás crece, jamás se hace fuerte. Incluso quizá nunca llegue a nacer. ☪ ¡Enumera mis días! Ponles un final y sin que te pida un adiós emotivo acaba con este recuerdo: Elévalo hacia el canon de lo irreconocible, de lo irrefutable, y con él mi recuerdo sesgado por un pasado imperfecto y elocuente. Loable... Recuerdo de mi fugaz mirar sombreado con colores oscuros. Sumerge en el olvido mis pantorrillas débiles e inocula el favor de un despecho insolente en mis venas. Con el guijarro hundido de tus similitudes con la indiferencia bórrame de tu piel y bórrame de las pupilas tu rostro sereno y sublime, pero después mis huellas digitales. Incinérame con tus poemas y tus elucubraciones eufemísticas de la indolencia: No seamos más amigos, que me duele la distancia entre nuestras estrellas... Y la enormida